En los últimos años, la inteligencia artificial dejó de ser ciencia ficción para convertirse en una herramienta cotidiana. Nos ayuda a escribir mails, generar imágenes, automatizar tareas y hasta decidir qué productos comprar. Pero también plantea nuevos riesgos que muchas veces pasan desapercibidos. El lado oscuro de la IA incluye fenómenos como los deepfakes, los sesgos invisibles y la vigilancia masiva, que debemos comprender para protegernos y tomar mejores decisiones.

¿Realmente estamos en control?

Las soluciones basadas en IA están en todas partes. Desde sistemas de recomendación en plataformas como Netflix hasta herramientas para evaluar currículums o aprobar créditos. Pero no todas las aplicaciones de esta tecnología son beneficiosas.

En Zyntal, ayudamos a pymes a integrar IA de forma ética y eficiente. Sin embargo, también vemos cómo su uso irresponsable puede tener consecuencias negativas.

Uno de los casos más preocupantes es el crecimiento de los deepfakes.

Deepfakes: ya no podés creer lo que ves

Los deepfakes son imágenes, audios o videos manipulados mediante inteligencia artificial para que parezcan reales. Se utilizan para crear contenido falso que puede dañar reputaciones, influir en elecciones o realizar estafas.

Un ejemplo conocido fue el deepfake de Barack Obama creado por Jordan Peele para alertar sobre este fenómeno. Más recientemente, se han detectado videos falsos de políticos argentinos circulando en redes antes de elecciones.

La tecnología detrás de estos contenidos se democratizó. Hoy, cualquier persona con acceso determinadas herramientas puede crear un video alterado. Por suerte, también existen desarrollos que buscan detectarlos, como Microsoft Video Authenticator.

Este tipo de manipulaciones no solo afecta a figuras públicas. También pone en riesgo a empresas, clientes y usuarios comunes. Por eso es clave incluir políticas de seguridad digital como parte de cualquier proceso de transformación tecnológica.

La IA también discrimina: los sesgos invisibles

Aunque se hable mucho de la «objetividad» de los algoritmos, la IA no es neutral. Aprende de los datos que recibe, y si esos datos tienen sesgos (como ocurre con frecuencia), los reproducirá o incluso los amplificará.

Un ejemplo real fue el sistema de contratación de Amazon, que penalizaba a candidatas mujeres porque su modelo se había entrenado con datos históricos dominados por hombres.

Lo mismo ocurrió en procesos judiciales en Estados Unidos, donde herramientas de riesgo predictivo mostraban un sesgo racial marcado. Organizaciones como Algorithmic Justice League trabajan activamente para exponer y corregir estos problemas.

Este tema también es clave al desarrollar sistemas internos a medida para una empresa. En Zyntal, cuando diseñamos soluciones de análisis de datos o automatización, evaluamos posibles sesgos para que no se filtren decisiones injustas o incorrectas.

Podés leer más sobre eso en nuestro artículo sobre automatización de procesos con inteligencia artificial.

Vigilancia: el precio oculto de la gratuidad

Muchos servicios gratuitos en internet no lo son realmente. Pagamos con nuestros datos. Plataformas de redes sociales, asistentes virtuales o aplicaciones de productividad recopilan información sensible constantemente.

Esta información alimenta modelos de IA que predicen nuestro comportamiento, pero también puede ser usada para vigilancia masiva, publicidad invasiva o manipulación.

China es el ejemplo más extremo: allí se utilizan sistemas de reconocimiento facial alimentados por IA para monitorear a millones de ciudadanos en tiempo real. Pero en Occidente, prácticas como el rastreo permanente de ubicación o la escucha activa por parte de apps también son comunes.

La organización Electronic Frontier Foundation (EFF) ofrece guías y recursos para proteger tu privacidad digital. Nosotros, desde Zyntal, promovemos el uso de tecnología con enfoque en la seguridad desde el diseño. Conocer el lado oscuro de la IA es fundamental para tomar decisiones más conscientes sobre cómo usamos nuestros datos.

¿Querés saber más sobre cómo cuidarte online? Te recomendamos leer nuestra guía sobre herramientas digitales seguras para tu pyme.

¿Podemos controlar el futuro de la IA?

La inteligencia artificial no es buena ni mala. Todo depende de cómo la diseñamos, regulamos y usamos. Por eso es fundamental que pymes, emprendedores y usuarios finales se informen y tomen decisiones conscientes.

Desde Zyntal, creemos que es posible construir una transformación digital responsable, donde la automatización y la eficiencia vayan de la mano con la ética y la privacidad.

Si estás evaluando incorporar IA en tu empresa, o simplemente querés entender mejor esta tecnología, te invitamos a explorar nuestro servicio de consultoría tecnológica. Comprender el lado oscuro de la IA no solo es clave para protegerse, sino también para innovar de forma ética.

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